Hasta hace pocos años atrás, si una startup chilena hablaba sobre levantar capital lo primero que se venía a la cabeza era la adjudicación de algún un fondo Corfo: Capital Semilla, Expansión, PRAE, SSAF-I, SSAF, eran sólo algunos de los fondos directos e indirectos estatales que articulaban las incubadoras -como entidades patrocinadoras- para entregar financiamiento a los emprendimientos.
Así lo demuestra el Reporte de Incubadoras y Aceleradoras 2022 -que puedes descargar de forma gratuita aquí–, realizado por la plataforma de crowdfunding Broota y que reveló que al menos ocho de las 22 instituciones se han volcado a financiar este tipo de capital.
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